Sonntag, 19. Oktober 2008

El cuerpo del tiempo

En las primeras periodizaciones, antes de que nos gobernaran los números, era la vida de un individuo elegido la que daba el cuerpo al tiempo, de manera que su muerte significaba una ruptura total, traumática. El ejemplo que nos es más cercano es el de los reyes: cada uno, mientras viviera, representaba el tiempo para todos sus súbditos. Y era imprescindible que los interregna fueran lo más breves posibles: de ahí que se le diera un cuerpo más al rey, para poder así librar al tiempo del luto debido al fallecido.

Nuestras vidas están marcadas por gente que está y que se va yendo. ¿Cómo no soñar con una historia suma de todos los cuerpos que ya no están? Quizá la única manera de hacer que al menos el recuerdo sea justo...

Samstag, 18. Oktober 2008

La atrofia de Darwin

Darwin desvela en su autobiografía su aversión a la literatura hasta el punto de no poder soportar la lectura de un solo verso. Su cuerpo, escribe, se ha convertido en una especie de máquina que dibuja leyes generales a partir de grandes colecciones de datos. Y se pregunta el porqué de esta "atrofia" de su cerebro.

La literatura, tiene razón Canetti, es el testimonio de la capacidad del ser humano de transformarse. Pero sólo vive, si es leída, Planetas aparte. ¿Nos estaremos atrofiando?

Montag, 6. Oktober 2008

Huellas

Imagina por separado sensaciones como "sangre", "nieve", "frío","tierra". Mézclalas. Muy probablemente ni siquiera se parezca el resultado a lo que vio Paul Lowe en Chechenia. Lo peor es que podría ser un cuadro, pero es una fotografía.

Las huellas son bonitas cuando las vemos dibujadas en la arena de la playa. Pero la sangre derramada, ¿es bonita? ¿Es bello el resultado de mezclar sangre y huellas? Y sin embargo cada huella es parte de tu sangre y la sangre el rastro de tu vida por mucha guerra que aparezca.

Münster

Münster es una ciudad bajo una nube en algún punto de Alemania donde a veces hace sol. Parece un lugar pensado hasta tal punto que el río fluye sobre cemento. Claro que también tiene su lado menos limpio, en la zona del puerto - no podía ser de otra manera.

A parte de todo esto es el lugar donde voy a pasar los próximos meses. Probablemente tratando de experimentar en mi propia carne qué es eso que llaman melancolía.

Bueno, todo hay que decirlo, Münster no es para mí aún lugar: de momento no es más que un espacio, bien localizado por las nubes, la lluvia y el Aasee. Aunque quizá día tras día pueda ir diciendo que se va haciendo lugar, como un vaso que se fuera llenando de algo más que agua.